PRIMERA APROXIMACION A LA CASUISTICA ANDALUZA
Por Ángel Carretero Olmedo
acarreteroolmedo@gmail.com
Hace unos meses acometimos la actualización de la casuística OVNI andaluza; ampliándola, por eso de la proximidad a nuestra comunidad, a las ciudades de Ceuta y Melilla. De paso, y quizás por estar olvidada, incluimos los casos documentados en los antiguos territorios del Sahara español.
Partimos de los casos que por algún que otro motivo disponíamos de documentación; por tratarse de investigaciones propias, de colaboradores nuestros y grupos con los que a lo largo de los años hemos intercambiado investigaciones, etc.
Actualmente en la Web se pueden consultar hasta 281 casos que se dividen de la siguiente forma: Andalucía 264, a tratar como históricos 5, Ceuta 6, Melilla 4 y antiguo Sahara español 2.
A pesar de que muchos investigadores comienzan sus estudios a partir de 1947, año en el que se acuñó la expresión “platillos volantes”, entendimos debíamos incluir todos los que se encontraban en nuestros archivos.
Nos limitado a exponer esa casuística ordenada por fechas, añadiendo seguidamente nuestros comentarios cuando estimamos era conveniente; dejando de lado cualquiera otra consideración.
El objeto de este trabajo es, tomando como base los datos recogidos, efectuar un estudio en su conjunto de la casuística andaluza. Entendemos que no están recogidos todos los incidentes; no obstante, en la medida de lo posible se puede extrapolar a todos ellos nuestras conclusiones.
La primera conclusión a la que hemos llegado es que algunos de esos encuentros con OVNIS o humanoides nunca debieron figurar en catálogos ufológicos o estudiados como lo que han sido. Entran de lleno en otras disciplinas, como puede ser la religión o los fenómenos paranormales.
Ejemplo relacionado con la religión lo tenemos en lo ocurrido en Jaén sobre las 23,30 horas del 10 de junio de 1430 (ver la historia completa en la casuística del año 1430), dando como resultado la veneración a Nuestra Señora de la Capilla; que conjuntamente con Santa Catalina de Alejandría son las actuales copatronas de la ciudad de Jaén.
De hecho, y durante algún tiempo, mantuvimos este hecho fuera de la casuística e incluido en el apartado titulado Religiones, mundo paranormal y cine.
El caso más antiguo documentado y relacionado con visitantes de dormitorio, y por tanto con la parasicología y no la ufología, lo tenemos en el año 1921. Una noche del verano de ese año la niña de 10 años de edad Antonia Utrera Domínguez se queda a cargo de su hermano lactante en una casa de la localidad gaditana de Barbate.
Durante algunas horas observa debajo de la cama donde se encontraba su hermano menor algo así como una llama de vela, que se encuentra flotando. La llama salía y volaba hacia la niña, para volver a esconderse otra vez debajo de la cama. Este juego se repitió cinco o seis veces hasta que al amanecer desapareció definitivamente tal como apareció.
La tercera puntualización es la denominada por la gran mayoría de los investigadores como “humanoides sin presencia OVNI”. Tanto en la casuística andaluza, como en la nacional e internacional existen casos donde los testigos se encuentran con esos humanoides o seres, sin que en su proximidad se pueda observar esa supuesta nave espacial.
Si los fantasmas son estudiados en otra disciplina, ¿qué hace que esos seres o humanoides sean diferenciados?
Como ejemplo expondré algo ocurrido hace 33 años en el Campo de Gibraltar, en concreto el 13 de febrero de 1980 en un cementerio de vehículos existente próximo a la localidad de Los Barrios (Cádiz). Esa noche el guarda busca un coche apropiado para resguardarse del frío; y de paso dar una cabezada.
Cuando se encuentra cogiendo el primer sueño se da cuenta que alguien golpea el cristal de la puerta. Se trata de un ser con aspecto de mujer, piel verdosa, ojos rasgados y aspecto monstruoso.
La toma por un ladrón, coge una estaca de madera y abre la puerta para enfrentarse a ella. Al salir del coche ve que junto a ese ser hay otro, de idéntico aspecto al anterior. Tal como aparecieron ambos seres desaparecen delante del testigo. Este, presa del pánico, huye y nunca más vuelve a trabajar en ese cementerio de coches.
Efectuados estos comentarios toca entrar en los aspectos estadísticos. De estos 281 casos, 218 se corresponden al triangulo formado por las provincias andaluzas de Huelva (46 sucesos), Sevilla (99) y Cádiz (73). El motivo: la gran cantidad de investigadores dedicados a estos temas existentes en esas provincias en la época dorada de la ufología; como puede ser el malogrado Manuel Osuna, los miembros de la Red Nacional de Corresponsales creada en Sevilla por José Ruesga Montiel, Ignacio Darnude, el grupo GEIFO en Cádiz, el desaparecido GRUPO 7 también gaditano, etc.
Época dorada que también lo fue de la radio, con programas nocturnos relacionados con estos temas que contaban para esas horas con autenticas mareas de oyentes. Ejemplo de ello fue el de la Cadena Ser, que a finales de la década de los 60 y principios de los 70 y en determinados programas llegó a tener hasta 13 millones de oyentes. Estaba conducido por el fallecido José Antonio Alex, que se quejaba de que en las cartas que recibía procedentes de UNMO escribían mal su apellido. Creemos que nosotros lo hemos hecho bien.
Debemos añadir las especiales características de ese triangulo localizado al oeste de Andalucía, puerta de entrada al Mediterráneo y con numerosas instalaciones militares como la Base Aérea de Morón (Sevilla), el INTA en Huelva, la Base Aeronaval de Rota en Cádiz), etc.
Muchos investigadores han llegado a afirmar que esas instalaciones, al igual que otras existentes a lo largo de la geografía española e internacional, llaman a los OVNIS. Podemos discutir esta afirmación; no obstante, entendemos debe de ser objeto de otro tipo de trabajo y no este.
Los 46 casos restantes se reparten por el resto de las provincias andaluzas (39) y por otra que nos hemos permitido inventar y bautizar con el nombre de “varias localidades”, a la que le hemos asignados 7 casos.
Se trata de una serie de observaciones con gran cantidad de testigos repartidos por distintas localidades repartidas a su vez por distintas provincias. Estimamos que para el 100 por cien de estos 7 casos existe una explicación objetiva y razonable.
Como ejemplo expondremos lo ocurrido en un primer momento a partir de las 19,15 horas del día 19 de noviembre de 1976 sobre el espacio aéreo de Málaga, a lo que debemos añadir los informes de otros pilotos civiles y militares, así como lo observado por la tripulación del buque escuela de la Armada Española “Juan Sebastián Elcano” en su viaje de Cádiz a Canarias.
Se trataba de un disco luminoso que surge del horizonte, permanece largo tiempo y realiza giros en espirar (tripulación del vuelo OM 300 de Monarca Airlines mientras se encontraba en el espacio aéreo de Málaga). En un primer momento un punto rojo observado por el buque escuela español, que crece hasta llegar a tres veces el disco lunar. El piloto de un T-12 del 461 escuadrón en vuelo desde Lanzarote a Gando observa el punto luminoso en el momento que se agrandaba. A lo que debemos de añadir lo visto por otros pilotos civiles y testigos en tierra.
Joan Plana Crivillen efectúa una larga investigación en la que concluye que estábamos ante el lanzamiento de un misil. Al respecto nos viene a la memoria el incidente fotografiado en Canarias que resultó ser otro misil.
La distribución de estos casos por años es muy variada. Destacando los años 1950 con 8 casos, 1968 con 17, 1974 con 14 y 2001 con 16; por citar solo algunos.
A destacar uno ocurrido en 1968, y del que nos enteramos el 25 de noviembre de 1992 cuando fue desclasificado por el Ejercito del Aire Español el correspondiente expediente.
Entonces nos enteramos que el 13 de octubre de ese año un sargento y dos soldados de guardia en la Unidad de Observación y Vigilancia existente en La Línea (Cádiz) observaron como cruzaba el cielo sobre su vertical un objeto triangular.
Después de las oportunas gestiones resultó ser la reentrada de chatarra espacial procedente de una de las misiones Apolo.
El estudio en su conjunto de toda la documentación que hemos consultado nos ha llamado la atención algunas cosas:
En primer lugar lo que hemos denominado “único testigo”, que dio motivo a una entrada en mi blog personal (http://angelcarretero.blogia.com ) con igual titulo. Ocurre principalmente en carreteras andaluzas y nos referimos a vehículos con un solo ocupante que tienen, principalmente en horarios nocturnos, encuentros con algún objeto que de alguna manera le impedía, o dificultaba, la circulación normal del coche.
Es totalmente valido como ejemplo lo que contábamos en esa entrada: el 10 de abril de 1974 José Serrano Peñalver sale de Sevilla en su camión con destino a Murcia efectuando un transporte. Sobre las 21,00 horas se encontraba en la carretera, a la altura de Las Vertientes (Granada), siendo cuando comienza su experiencia.
Ve un gran objeto blanco a un kilómetro delante de él, a 300 metros aprecia una pequeña luz circular de un metro de diámetro que permanecía blanca mientras la mayor y más lejana cambiaba su color al rojo. Estos cambios de coloración hicieron que Serrano parase su camión y abriendo la portezuela bajase a contemplar el espectáculo, parándose también la luz pequeña.
Cuando continua su camino se da cuenta que la luz pequeña le acompaña, perdiéndola de vista en zona de curvas y al salir de una de ellas se la encuentra a 30 metros del camión, ocupando la carretera. La luz se volvió roja y de ella salió una prolongación de 15 centímetros de anchura que a modo de tubo se alargó hasta tocar el suelo, momento en el que dejó de verse el objeto.
La luz cambia de forma cada vez que cruza alguna población hasta que al llegar al Puerto de Lumbreras, ya en la provincia de Murcia, desaparece definitivamente.
Estábamos en 1974 y nuestras carreteras no eran tan concurridas como ahora; pero, ¿un único testigo? Es una pregunta que hoy no tiene respuesta para mí, pero quizás sí la tenga mañana.
La segunda conclusión es que el 50 por ciento de esas observaciones tenían explicación en su día. Y hoy también. Como ejemplo un caso investigado por Manuel Osuna.
Comenzaremos por hacer constar que de entrada nos llamó poderosamente que en el catalogo que realizó Manuel Filpo Cabañas (de 1960 a 1980) con la casuística de Osuna solo le dedicara dos líneas, que textualmente dice: “Referencia 89.- 27 de marzo 1970. El Garrobo (Sevilla). Numerosos vecinos vieron un objeto encima de unas encinas durante varias horas”, fin de la cita. ¿Una observación de varias horas merecía sólo 21 palabras?
Se trataba de un objeto que apareció sobre unas encinas, durando la observación aproximadamente desde las 07,00 horas y hasta las 16,30. Algo que duró más de 8 horas merecía únicamente 21 palabras.
El periodista que da a conocer tan pintoresca historia hacia constar que se desplazó a la zona acompañado del ufólogo Honest Man y dos de sus colaboradores ( M. A. M. y Hernández Cortes). Resultó ser que Honest Man era un seudónimo utilizado a veces por Manuel Osuna. Primer misterio aclarado.
Con la ayuda de Rafael Cabello de Sevilla y consultados documentos de otros investigadores descubrimos que todo comenzó de la siguiente forma:
Un señor mayor estaba observando durante algunas horas un elemento de forma cilíndrica y de color rojo anaranjado sobre la copa de la encina y el nieto de este señor se puso pesado alrededor del abuelo, entonces el abuelo le señaló al niño el objeto y le dijo que si no se estaba quieto eso iba a venir por él y llevárselo, el niño se aterró cuando observo que tras las palabras del abuelo, ese elemento emprendió una acelerada subida imparable hasta perderse en la altura.
El resto lo cuenta el periodista en el trabajo que publicó: muy bien podíamos estar ante un saco grande o un trozo de plástico atrapado por las ramas y que el viento se encargaba de mover a su antojo.
La tercera conclusión es que hay un 25 por ciento de los casos mal investigados o con escasa información para ser tratados hoy en día. No obstante, el 75 por ciento de esos sucesos se pueden reinvestigar o continuar donde el primitivo investigador lo dejó.
Sobre las 19,30 horas del día 3 de agosto de 1977 se dirige una chica de 20 años de edad a pie desde la Aldea de Escalada (Huelva) a casa de su abuela en la Aldea de Calabazares. A la Altura de Almonaster La Real, cuando caminaba por uno de los senderos que unen ambas aldeas y encontrándose a pocos metros de un arroyo, casi oculto por la vegetación, nota que un reflejo cegaba sus ojos. Extrañada, atribuye el hecho a un posible cristal o espejo iluminado por el sol.
Varios metros más adelante vuelve a suceder lo mismo. Esta vez el deslumbramiento la deja algo aturdida y sintió como sus fuerzas flaqueaban. En ese momento vio a unos cuatro metros de ella, y en un lugar que provenía la segadora luz, a dos supuestas personas cuyas descripciones corresponderían a una mujer de unos 2 metros de altura y a un hombre de 1,70 metros. Ambos de rostro repulsivos, grandes ojos, cabellos rubios y piel clara.
Pierde el conocimiento durante una media hora y al llegar a casa de su abuela comprueba que le falta de su bolso el Documento Nacional de Identidad. También comprueba que el reloj carece de corona y le faltan varios billetes de autobús.
Al día siguiente acude a la Guardia Civil y presenta una denuncia. En el posterior examen medico no se le detecta nada anormal, padeciendo alteraciones del sueño, nervios y se despierta repetidas noches gritando que en su habitación hay bichos.
Antonio Moya Cerpa investiga el suceso, publicándolo en la revista Stender; para en el año 1998 volverlo a exponer Moisés Garrido en la desaparecida revista Karma 7.
En primer lugar recordar lo que hemos afirmado aquí sobre los humanoides sin presencia OVNI. Todos afirman que la chica acude a presentar una denuncia ante la Guardia Civil. ¿Es verdad?, ¿la tomaron en serio?, ¿se realizó algún tipo de actuación por parte del instituto armado? Nadie contesta a estas preguntas. Nunca fue comprobado. La respuesta la obtenemos de manos del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, quién nos confirma por escrito la existencia de esa denuncia y añade cosas muy interesantes.
Al día siguiente, y en compañía de la chica, se localiza el lugar y se efectúa una inspección ocular del mismo. Se encuentra el lugar donde se sentó, dos billetes de autobús y cuatro cuchillas de afeitar de la marca MSA usadas y que posteriormente el padre de la interesada confirma como de su propiedad.
Félix Vargas, padre de la testigo, a requerimiento de la Guardia Civil informa a esta que su hija se encuentra enferma y sigue tratamiento medico, negándose a indicar que enfermedad padece y qué medicamentos toma.
Si cualquiera de nosotros le contamos en una investigación esto a la Guardia Civil, ¿qué creéis que harían? Investigarlo. Resulta que es aficionada a la bebida y tiene trastornos del sueño: se despierta gritando que su habitación esta llena de bichos.
Por otro lado nosotros nos tendríamos que preguntar ¿qué hace nuestra hija con esas 4 cuchillas de afeitar usadas de nuestra propiedad? Seguro que nada bueno le pasó por su cabeza a esa joven.
Que cada cual obtenga sus propias conclusiones. No obstante, después de publicar nuestras conclusiones recibimos algunos comentarios por correo electrónico que me permitiré calificar como surrealistas. En uno de ello, y dejando muy claro la gran labor que a diario realiza la Guardia Civil, vinieron a decirme que los extraterrestres aparecieron para evitar que por causas del alcohol se suicidara la chica.
Mañana me voy a poner en mitad de una calle concurrida gritando que quiero curarme definitivamente de los problemas de próstata que tengo: a ver si vienen esos extraterrestres y me curan. ¿Quién sabe?...
Hace unos años en una conversación con Moisés Garrido comentamos este caso. Garrido nos indica que conocía a la joven y que no descartaba nuestras suposiciones.
Del 25 por ciento que queda poco se puede decir. Son referencias de prensa con poca o muy escasa información, es imposible retomar la investigación o simplemente no tienen explicación. No obstante, no es nuestra intención dejarlos aparcados. Quizás en un futuro, reuniendo documentación de otros investigadores podamos retomar algunos de ellos.
En cuanto a la casuística de Ceuta y Melilla muy poco se puede decir. Brilla por su escasez. Son en total 10 casos, de los cuales 2 se pueden retomar e intentar localizar a los testigos.
En cuanto al antiguo Protectorado español sólo hacer constar que el caso del año 1968 se corresponde con un expediente desclasificado por el Ejercito del Aire español y el del año 1977 fue recogido por Jesús Beorlegui en Mundo Desconocido, número 36, dentro del repertorio canario.
Hemos pretendido con estas líneas recoger de forma más o menos resumida una primera aproximación de los casos expuestos en la Web. Queda aun trabajo por realizar y dentro de algún tiempo, cuando ampliemos aun más esa casuística, tendremos muchos más elementos de juicio para profundizar en el tema.
|