Hasta donde se puede deformar un fenomeno racional

HASTA DONDE SE PUEDE DEFORMAR UN FENOMENO RACIONAL

Por Rafael Cabello Herrero

 

¿ Hasta donde se puede deformar un fenómeno racional?, introducirlo en una historia para conseguir con todo ese despropósito haga que parezca un drama surrealista en el que se llega a manipular intencionadamente la realidad hasta convertirla en una irrealidad paranormal..?.

Cuando un hecho que está dentro de lo cotidiano se manipula conscientemente hasta conseguir encuadrarlo dentro de hechos de difícil catalogación y se deriva conscientemente hasta lo inexplicable llegándose a catalogar de paranormal. Esto es lo que se vende en la mayoría de los casos acostumbrando al público ávido de historias terroríficas, que falto de conocimientos, creen a pie juntillas lo que se les comunica como algo que no es de este mundo, aun sabiendo el escritor que miente sobre lo que realmente ha sucedido .

Curiosamente la deformación de los hechos ocurridos en casos paranormales, están a la orden del día solo con el interés de generar incertidumbres y preguntas a las que contestar malintencionadamente, liar al inexperto que se acerca con la llana intención de que le aclaren conceptos y formas, y que por desgracia, solo saldrán más liados y desconcertados por las mentiras obtenidas como respuestas de los “expertos”.

Insisto una y otra vez.., el dramatismo y los hechos luctuosos de un sitio, NO tiene porqué ser inequívocamente indicio de una fuente donde emanan por doquier hechos paranormales y mucho menos, que garanticen sucesos inexplicables cada vez que alguien ponga una grabadora o un video a tomar muestras del lugar. Desgraciadamente el concepto de investigador de lo paranormal, ha dejado espacio a gente que con el mero hecho de transportar un equipo de última generación y sin conocimientos básicos de audio o video, tienen la desfachatez de otorgarse personalmente el marchamo de reputado experto en estudios paranormales.

Mi máxima, jamás fue escuchada o tenida en cuenta, es más, muchas veces me enteraba cuando ya estaba editado el artículo en alguna revista del sector de palabras puestas en mi boca, que jamás yo había dicho e incluso frases manipuladas hasta decir todo lo contrario a lo que realmente yo expresaba en los borradores originales. Siempre surgían respuestas a mi descontento de las que yo no podía dar crédito (lo han eliminado en la editorial porque eran muchas páginas…, eran datos muy técnicos y aburren al lector…, o…, me han comentado que la han eliminado porque si no… “NO VENDE…”), solo lo acepté por ver que ya no se podía hacer nada para remediar el entuerto, esto fue rotundamente culpa mía y hoy me pesa como una loza el no haber expuesto mi indignación y contrariedad públicamente a lo que se decía en mi nombre sin yo haberlo autorizado.

Si nos hacemos eco de lo último aparecido en televisión, caso de los aparecidos, monja, niños, y personas irreales deambulando por los pasillos, claustros, habitaciones, torreones y hasta la capilla del Hospital de las Cinco Yagas (hoy cede del Parlamento Andaluz), habría que matizar muchas historias contadas. Este caso ha sido conocido por muchos ciudadanos, también, llevado a revistas del sector misterio, libros, programas de radio y televisión, hasta rozar el aburrimiento y la pesadez de contar siempre lo mismo aunque con sutiles y estudiados cambios para amenizar aún más el miedo y darle más veracidad y consistencia a las afirmaciones sobre los sucesos allí acaecidos.

Curiosamente, este caso que “investigamos conjuntamente J.M. García Bautista y un servidor” hace ya más de una década, el sr. García lo ha ido modificando con el paso del tiempo hasta conseguir macerar ese extraño buqué que se pasa de fermentación, se enrarece y hasta se agría dejando un mal sabor de boca a vinagre, lo que en un principio vimos claramente donde estaba el misterio, donde comenzaban a dilucidar las mentiras y hasta donde se debía colocar la estrecha línea entre lo normal y lo paranormal.

Evidentemente ninguno de los presentes fuimos testigos directos de los hechos que nos fueron contando hasta completar la historia. Tuve la oportunidad de conocer personalmente y entablar una gran amistad con uno de los guardias de seguridad del antiguo Hospital de las Cinco Yagas mientras estuvo reconstruyéndose y cerrado al público (aunque conozco perfectamente su nombre y apellidos, este señor, jamás.., quiso darse a conocer ni que diera ningún indicio que le pudiera delatar por temor a ser expulsado de esa empresa de seguridad en la que trabajaba como vigilante, tanto en turnos de día como de noche), me contó pormenorizadamente lo verdadero, lo falso, lo ocurrido dentro y fuera de ese gran edificio, las bromas entre compañeros, las exageraciones e incluso el afán de protagonismos de otros compañeros que no tuvieron escrúpulos a la hora de darse a conocer en los programas de radio que entonces hacíamos para contar sus experiencias y hazañas internas, unas veces bien detalladas y otras muchas perfectamente engordadas y manipuladas para resaltar algo difícil de catalogar y hasta de tragar.

Quisiera puntualizar solo en dos sucesos de los muchos contados dentro de este antiguo hospital en un capítulo dedicado al misterio del Hospital de las Cinco Yagas en una televisión local sevillana, donde ha aparecido un reportaje localizando interiores relacionado con este edificio y otros casos.

La manipulación de este suceso, evidentemente para cualquiera que no hubiera estado en el ajo cuando se investigó este edificio, queda como una anécdota más, un misterio algo aterrador de difícil catalogación y hasta dentro de los límites de lo paranormal, pero estos casos tenían una explicación tan normal, que en su momento quedó fuera de toda duda que carecía de interés para identificarlo como hecho paranormal, de tal forma, que en los borradores se tacharon dentro de la catalogación del misterio en el momento que pude entrevistar a varios de los trabajadores de la empresa de electricidad contratada para reformar todas las instalaciones eléctricas de este edificio, ya que las existentes, estaban fuera de la normativa vigente y por consiguiente, fuera de los parámetros de seguridad establecidos por las compañías eléctricas responsables de certificar la calidad de seguridad y los consiguientes protocolos de montajes eléctricos legales de aquellos años.

Concretamente, nos llegó la noticia de esta forma:

Los instaladores electricistas contratados para la obra de este edificio, se habían encontrado con problemas fuera de toda lógica al terminar las instalaciones y hacer las pruebas tanto de circuitería, seguridad, secciones de cableados, estanqueidad y derivas, así como los sistemas de tomas de tierras y otros elementos a tener en cuenta en dichas instalaciones eléctricas. El caso era que inexplicablemente en determinadas condiciones de funcionamiento, en una zona del edificio, saltaban los aparatos de seguridad y fallaban sin causa aparente algunas instalaciones de forma intermitentemente, sin seguir un patrón razonable a algún fallo de conexionados o elementos defectuosos, dicha inestabilidad, no seguía un patrón de conducta razonable a fallos localizados, efectivamente estos fallos se presentaban como algo fuera de lo normal.

Después de un tiempo haciendo pruebas los electricistas, descubrieron que en unos arreglos de última hora en unos muros habían realizado con la máquina amoladora de corte (o como se le conoce por marca rotaflex) diversos cortes para modificar unos elementos de albañilería sin tener estos operarios en cuenta que las canalizaciones eléctricas pasaban por el otro lado de la habitación, el corte fue tan preciso que no llegó a dañar del todo los conductores afectados y estos quedaron conexionados “ por los pelos”, la consecuencia era que al calentarse comenzaban a dar fallos intermitentes, en cuanto se enfriaban los conductores, volvían a funcionar correctamente y sucesivamente, completaban el circulo de fallos, a los pocos días y no con muchos problemas, localizaron el corte de los conductores, los cambiaron por otros cables nuevos y el problema “paranormal” de las luces en algunas estancias dejaron de ser tan paranormales, entrando en la catalogación de un simple fallo humano…, aunque desgraciadamente al día de hoy se siguen vendiendo al público que le dé por ver el programa televisivo en cuestión, como un producto de miedo al estilo del mejor director de cine de terror.

El siguiente caso que quiero que conozcáis es el que está relacionado con una inexplicable lluvia de piedras y cascotes que pusieron en un gran aprieto a uno de los guardas de seguridad. Este caso ocurrió de día (poco más de las 5 de la tarde) y no de noche como se cuenta en el programa de televisión.

Ocurrió en el último patio por donde se acondicionó un muro derribándolo para dejar paso por un gran portalón para la entrada de camiones cargados de materiales de construcción y salida de escombros, este butrón en la pared o muro exterior del edificio daba directamente a la calle Don Fadrique, frente al antiguo Instituto de San Fernando dependiente de la Diputación sevillana. En ese edificio que aquí menciono, aparte de ser instituto, tenía ciertas dependencias acondicionadas a la gente sin recurso y se les permitía dormir a indigentes y gente de paso por la ciudad sin posibilidad de poderse costear una estancia en pensiones, “creo recordar que al día de hoy, sigue funcionando con esta finalidad algunas dependencias de este instituto”.

Volviendo a la misteriosa historia de la lluvia de piedras y cascotes aparecida en este mismo programa de televisión, el caso que en su momento nos contaron, realmente ocurrió de esta otra forma:

Fue un día de finales del otoño, con lluvia y viento racheado, inconstante y que estaba dando paso a una gran tormenta que llegaría más o menos sobre las 7 de la tarde, quedaba poco tiempo para terminar la jornada laboral de los albañiles y otros trabajadores que estaban en este edificio del hospital, situados en la zona más retirada de la zona de la Macarena al final de la calle de Don Fadrique. Durante todo el día habían estado quitando las tejas del tejado para reparar las antiguas cubiertas de madera y ponerlas de materiales más modernos, parece ser, que en una de las caídas de aguas que daban para el patio interior, no dio tiempo a limpiar los escombros sobrantes de la mezcla que fijaban las antiguas tejas a las siguientes hiladas, por lo que quedaron muchos residuos desparramados por la techumbre. Antes de cerrar la puerta de entrada y salida de camiones, en un descuido de los que estaban al cuidado del portalón se introdujo con sigilo y sin ser visto hasta el interior del patio algún indigente del edificio de San Fernando por la escalera del fondo subió al piso superior, tal vez, con la idea de robar algo de hierro o sobrantes de la obra para poder sacar unos cuartos, pero coincidió que los albañiles se fueron y cerraron el portalón dejando al indigente encerrado dentro de las dependencias, este quiso buscar otra salida ya que aquella había quedado cerrada con una gran cadena y candado y comenzó a deambular por las dependencias internas del edificio hasta ser localizado por uno de los guardas de seguridad que a los gritos de alto salió corriendo tras el personaje que se había colado, en el momentos que el guardia de seguridad entraba en el patio a toda carrera, las rachas de viento fueron creciendo hasta conseguir hacer rodar los escombros por la pendiente del tejado y estos se precipitaron hacia el interior de las dependencias cayendo sobre el patio por el que corrían tanto el indigente como el guardia de seguridad, este temiendo por si integridad física, se paró en seco y retrocedió entre la caída de cascotes y piedras para refugiarse bajo los soportales donde la seguridad de no quedar descalabrado era mayor que la de quedarse en medio del patio, el personaje que se había colado dentro del edificio optó por hacer lo mismo que el guardia y este después de desaparecer el peligro a quedar chocado o maltrecho por una pedrada incontrolada fueron juntos hasta la puerta de entrada y esperaron a que llegara la policía que fue notificada de un intruso encontrado dentro de las dependencias para que se hicieran cargo. No sé, que ocurrió con esa persona que se había colado en los patios y pasillos que estaban reparando los albañiles, pero lo que si nos quedó suficientemente claro, es que esa lluvia de piedras paranormal dentro de la historia de miedo que acompaña a Sor Úrsula…, no es como tal una de las muchas posibles causas paranormales ocurridas dentro de ese edificio, sino una simple coincidencia entre circunstancias, pero desgraciadamente al día de hoy, se está vendiendo como algo insólito, de difícil catalogación y que según la teoría del presentador de ese programa está consolidado como otro elemento más para tener como misterioso y fenómeno paranormal sin serlo realmente.

 

 
 
 
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