Pierna amputada vuelve a crecer, Calanda (Zaragoza) 1637

PIERNA AMPUTADA VUELVE A CRECER.

CALANDA, (ZARAGOZA), 1637

 

por Angel Rodríguez Alvarez

 

  

Fue en el año de 1637, en un pueblo de Aragón, cuyos habitantes pobres y sencillos tenían una devoción especial por la Virgen del Pilar, como es normal entre todos los aragoneses..

Ese pueblo se llamaba Calanda, y los sucesos allí sucedidos desafían a la razón.

Estamos hablando de un milagro. Un supuesto milagro o un fenómeno paranormal de regeneración de órganos.

Recuerdo que en mi “época de no creyente”, yo decía con frecuencia que no creía en los milagros tales como la recuperación de la vista en los ciegos, la curación de paralíticos, mudos que recuperaban el habla, ni en otros supuestos milagros que para mi no eran tales, sino que la mente jugaba en ellos un papel preponderante. Si crees que te curas, te curas. Si crees que te mueres, te mueres. La fe mueve montañas. Esta frase se refiere a eso, precisamente.

Añadía yo a esto que sólo creería en un milagro si le crecía un brazo a un manco o una pierna a un cojo. ¿Ha ocurrido tal cosa alguna vez?. Parece que sí y más me valiera estar callado.

Un hombre joven, llamado Miguel Juan Pellicer Blasco, el segundo de ocho hermanos, hijos de un matrimonio de labradores, tuvo un terrible accidente, debido al cual su pierna derecha resultó aplastada por la rueda de un carro, a finales de 1637

Esto ocurrió al desplazarse Juan a Valencia, a la casa de su tío al cumplir 19 años.

Cuando regresaba al hogar de su tío, llevando un carro tirado por dos mulas, el joven se cayó del carro y la rueda le aplastó la pierna derecha, fracturándole la tibia en su parte central, sufriendo una grave lesión, sobre todo para la época en que sucedió el accidente.

Fue atendido en el Hospital Real de la ciudad de Valencia, donde se le hizo toda una serie de curas que no tuvieron un resultado positivo

Posteriormente, en ese mismo año de 1637 regresó a Zaragoza, ingresando en el Hospital Real de Nuestra Señora de Gracia.

La gangrena hizo su aparición, como era de temer, por lo que los médicos determinaron una única solución para salvarle la vida: la amputación de esa pierna, mediante una sierra y un cincel, así como un hierro candente. Eso o la muerte. No había otra alternativa.

El cirujano que realizó la amputación se llamaba Dr. Estanga, ayudado por el cirujano Dr. Millaruelo.

La pierna amputada fue enterrada por un ayudante sanitario del hospital. Hoy es costumbre incinerar los órganos amputados en los hospitales.

Pasó el tiempo y Juan regresó a la casa de sus padres, en Calanda. Antes de acostarse, el joven se quejó de una manera intensa del dolor que le estaba ocasionando su muñón.

Alrededor de las once de aquella noche, la madre alumbrándose con una palmatoria con una vela, entró en la habitación de su hijo para comprobar si estaba bien, observando sobresaltada que de la manta de la cama sobresalían dos pies, en lugar de uno. Se quedó petrificada, sin dar crédito a lo que veían sus ojos.

Todos en la casa pudieron ver que a Juan Pellicer le había vuelto a crecer la pierna amputada de manera inexplicable. ¿Cómo pudo ocurrir tal cosa?.

Algunos dicen que al muñón del Juan se le aplicó aceite de la Basílica de la Virgen del Pilar. Otros cuentan que el milagro sucedió al soñar este hombre que visitaba la Basílica.

S. M. El Rey Felipe IV, al enterarse de tal milagro, recibió al labrador y se postró ante él, besando su pierna “regenerada” con gran veneración.

El Cabildo de Zaragoza comunicó el hecho portentoso al Protonotario del Concejo de Aragón, el 30 de abril de 1640.

¿Cómo es posible que a Juan Pellicer le creciese la pierna después de su amputación?.

No estamos hablando de una leyenda, de una invención ni de nada parecido.

Existen registros escritos en los hospitales donde el protagonista estuvo ingresado, con relación del mal a tratar y de la amputación.

Existen documentos oficiales de autoridades registrando el hecho portentoso y existe una sentencia.

Existe un Acta Notarial del milagro, levantada el 2 de abril de 1640, así como las Actas del Proceso Judicial canónigo, levantadas según declaraciones del 27 y 30 de junio de 1640.

Y la Sentencia del proceso publicada el 27 de abril de 1641.

Es decir, que está bien documentado el hecho de esta regeneración biológica. Pero, ¿qué es la regeneración biológica?.

La regeneración biológica es la capacidad que tienen algunos organismos de restaurar algunos tejidos perdidos o lesionados, haciendo que esos tejidos y órganos perdidos vuelvan a crecer. Entre los organismos dotados con esa capacidad se encuentren algunas especies de vegetales y de animales. Otras especies, sobre todo mamíferos (excepto delfines, ciervos y algunos tipos de ratones), han perdido esa capacidad de regeneración.

Con la utilización de las células madre, se conseguirá que el ser humano tenga acceso a esa regeneración de tejidos y órganos.

Hasta el momento nuestra capacidad de regeneración está limitada a la piel, mucosas, algunas lesiones, células sanguíneas, pelo, uñas, tejido muscular, tejido óseo, pero, ¿regeneración de una pierna amputada?.

Pensar en un milagro es aceptar algo que muchas personas se niegan a aceptar. Entonces, ¿qué pasó con el Cojo de Calanda?. El pueblo insiste en que fue un milagro de la Virgen del Pilar, Patrona de Aragón y de la Hispanidad.

Tal vez algún día veamos resuelto éste y otros misterios, hasta el momento sin explicación.

En las antiguas leyendas se habla a veces de esta capacidad regenerativa.

En “Prometeo Encadenado”, se condena a Prometeo, por haber robado el fuego sagrado del Olimpo y dárselo a los hombres, a estar encadenado para siempre en un pico de las montañas del Cáucaso. Allí un águila le picoteaba y comía su hígado, el cual se regeneraba, y así permanecía eternamente Prometeo, ya que era inmortal.

También Hércules, luchando contra la Hidra de Lerma de 9 cabezas (cabezas de serpientes venenosas), notó que cuando cortaba una cabeza, ésta se regeneraba de inmediato. Para evitarlo quemó con una antorcha los cuellos que iba cortando, impidiendo así la regeneración.

Las hidras eran, en realidad, unos celentéreos hidrozoos, con un enorme poder de regenerarse. Propias de las aguas dulces miden muy poco y cazan a sus presas con sus tentáculos que tienen poder urticante. Tienen un asombrosa facultad de regeneración.

Así pues, esta facultad de regeneración en plantas y animales ya era conocida en la Antigüedad. Y se han utilizado esos conocimientos para la jardinería, la agricultura y para diversos estudios en los animales.

No quiero ni pensar en los experimentos que se estarán haciendo en algunos laboratorios con la ingeniería genética, donde la facultad de regeneración tendrá un papel seguramente muy importante.

Todo indica que el suceso de Calanda es un ejemplo claro de regeneración biológica. Pero si en los humanos esa regeneración está limitada a algunos tejidos, uñas, pelo, etc. ¿por qué en Miguel Juan Pellicer sí se produjo esa regeneración y en un tiempo record?.

Hay una forma rápida de librarse del problema: decir que todo es mentira y que jamás se produjo esa regeneración, o lo que fuese. Sólo que la cosa no es tan fácil.

 

REFERENCIAS Y FUENTES:

WIKIPEDIA:

http://es.wikipedia.org/wiki/Hydra_(animal)

PERITAJE Dr. SUPERBY:

http://www.peritajedrsuperby.es/regeneracion_genetica_de_un_corazon.htm

ENCICLOPEDIA ARAGONESA:

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=2821

 
 
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