Fantasmas de Sancti Petri

 

FANTASMAS DE SANCTI PETRI

Por Ángel Carretero Olmedo

acarreteroolmedo@gmail.com

Recuerdo perfectamente, y de esto hace ya casi cuarenta años, cuando a la caída de la tarde acompañaba a mi padre al poblado de Sancti Petri, en el término de Chiclana (Cádiz).

Íbamos en concreto a su playa a esperar el regreso de las barcas que habían salido a primera hora de la mañana a pescar. Su idea no era otra que comprar el mejor pescado, totalmente fresco y medio vivo.

Era un poblado muy prospero, con iglesia propia, escuela, una fabrica de conservas, su propio castillo en un islote, farero y su propio cuartel de la Guardia Civil. Actualmente se encuentra totalmente en ruinas y existen varios proyectos para su reconstrucción. Pero, no será nunca lo que era. Como hay que comenzar por el principio, lo haremos por la antigüedad.

La paleo topografía de la Bahía de Cádiz hasta 1997 se basó fundamentalmente en las geografías latinas de la Antigüedad, caso de la Ora Marítima de Avieno. Estas geografías dan noticia de la existencia del antiguo archipiélago gaditano que se hallaba junto a la costa. A partir de 1997 se iniciaron estudios científicos encaminados a conocer la evolución histórica del litoral gaditano. Estos estudios han confirmado la existencia del antiguo archipiélago gaditano mencionado en las antiguas descripciones, y cómo las islas que lo componían se han ido uniendo debido a un proceso de sedimentación provocado por varias causas.

Cuenta la leyenda que el fundador de Cádiz fue para algunos Hércules, para otros Heracles. Lo hizo en el actual Islote de Sancti Petri y fundó allí un templo.

La realidad es que Cádiz fue fundada por los tirios, unos 80 años después de la Guerra de Troya, hacia el año 1104 a.C., bautizándola con el nombre de “Gañir”; es decir, castillo, fortaleza o en general recinto murado.

Evolucionando ese nombre hasta el actual Cádiz. Fue el asentamiento fenicio más antiguo de occidente. Lo hicieron en uno de los extremos de la isla principal de ese archipiélago. Hoy es ese islote del que antes hablábamos.

Fundaron un templo, que después fue fenicio y romano y su oráculo era uno de los más importantes de la antigüedad; contando también la leyenda que un pobre desgraciado se le ocurrió preguntarle por la salud del emperador romano. Cuando ese se enteró ordenó matar a ese primitivo gaditano.

Alguien dijo alguna vez que un pueblo no existía sin sus mitos y leyendas. A lo largo de los más de tres mil años de existencia de la ciudad, que me vio nacer, se han creado gran cantidad de esos mitos, prometiendo a todos vosotros tratarlos en su momento y con la profundidad y seriedad que requiere.

Sancti Petri significa San Pedro, aunque su significado más correcto es el de “piedra santa” por haber existido allí el Santuario de Melkart (el Hércules gaditano). Y sobre las ruinas de ese templo, en el siglo XIII, el almirante genotes Benedetto Zacarías construye una torre.

En el siglo XVII, hacia 1610, sobre el conjunto de esas ruinas se alza  otra torre, para a lo largo del siglo XVIII finalizar el castillo. Se trata de una construcción de forma irregular que ocupa prácticamente todo el islote y del tipo defensivo cuya misión era la defensa de esa parte del litoral gaditano.

Allí desemboca el Caño de Sancti Petri, que nace en Puerto Real y recorre San Fernando y Chiclana. Hacia 1929 los terrenos próximos a la desembocadura eran propiedad de la familia Gómez humarán y Cañizares, que por 225.000 pesetas los venden al Consorcio Nacional Almadrabero.

Gracias a las capturas de atunes la zona comienza a prosperar: se construyen casas para los pescadores y una fabrica de conservas. A principios de los años 30 una capilla, de Nuestra Señora del Carmen, que también se utiliza como colegio; siendo la profesora Carmen Zacarías Naranjo, que lo fue hasta el abandono del lugar. Si mis datos son correctos era la mujer del farero.

En 1951 Lola Flores y Manolo Caracol visitan el lugar y ruedan una película: “La Niña de la Venta”.

En 1961 esa capilla se convierte en parroquia, siendo su primer párroco Ignacio Egurza. Contando lo que ya era pedanía con más de 10.000 habitantes, con dos colegios y un medico acudía dos veces a la semana a atender a los lugareños y también se ocupaba de las urgencias.

Es un lugar que siempre me ha encantado y cautivado; quizás por ser frontera de dos  municipios. El islote, junto con su castillo, pertenece al término municipal de San Fernando, estando prácticamente al lado de la Punta del Boquerón. La desembocadura del caño y las actuales ruinas del poblado pertenecen a Chiclana.

A principios de los 70, y debido a la escasez de atunes, comienza su declive; desapareciendo a la par que lo hace el Consorcio Nacional Almadrabero. Poco a poco la naturaleza ocupar su lugar y a caer al suelo las piedras y ladrillos de esas casas y fábrica: comienzan las leyendas.

El investigador Jesús Borrego publicaba en la revista Espacio y Tiempo en junio de 1991, haciendo referencia a lo que decía Diario de Cádiz en el mes de diciembre del año anterior, un trabajo titulado “Monstruos vegetales en Chiclana” donde informaba que en el jardín de una vivienda propiedad de Manuel Morales se habían encontrado unos extraños frutos o semillas; calificándolas el ufólogo gaditano como de origen extraterrestre.

La verdad es que las fotografías publicadas imponen: parecen extraídas de La Tienda de Los Horrores o de una película norteamericana de ciencia ficción de los años 50. Mis escasos conocimientos de botánica me impiden exponer una explicación o hipótesis plausible; no obstante, el crecimiento anómalo de los frutos o la floración en época distinta a la habitual suelen ser circunstancias asociadas a algún tipo de contaminación del terreno o del aire u otro fenómeno que se acaba por descubrir. En su día se debería de haber solicitado la colaboración de un experto en la materia.

Aunque también existe una vertiente “misteriosa”, claro: en algunos casos curiosamente suele relacionarse con el fenómeno OVNI, como sucede en el valle de Las Luminarias en México, zona caliente de avistamientos y en la que es sumamente común este tipo de vegetación de grandes dimensiones. Tanto es así que el propio gobierno regional prohibió su cultivo extensivo para evitar desequilibrar el mercado alimentario. Ver para creer.

Fantasma: palabra procedente del griego, supuesto espíritu o alma desencantada que se aparece entre los vivos. Suele producir sobre todo miedo; y, aunque está relacionado con la superstición, nos puede llevar a otros fenómenos como pueden ser los poltergeist y las casas encantadas. Casas encantadas, como la de los espejos en Cádiz capital, y de la que hablaremos a su debido tiempo.

Con lo que respecta al poblado de Sancti Petri, San Pedro o Piedra Santa – como queramos llamarlo - el antropólogo Eduardo Arboleda Ballén ha llegado a catalogar en ese poblado hasta dos fenómenos distintos.

El de una niña: de unos 8 años de edad, de aspecto desaliñado, pelo negro largo y descalza, que se aparece en la antigua fábrica de conservas, a la altura de la segunda planta a pesar de actualmente no existir el suelo. Corretea entre las casas en ruinas, la iglesia y embarcaciones existentes en el club náutico.

Lo hace principalmente a la caída de la tarde, entre dos luces; existiendo muchos detalles de su aspecto y gran cantidad de testigos. Algunos de ellos afirman poder hacer un retrato robot de ella.

El otro caso tiene lugar entre las casas y se trata de un hombre que entra y sale de las mismas con gran rapidez. Lleva sotana y calza sandalias de color marrón. Su aspecto no es tan definido como el de la niña debido a la rapidez con la que lo hace y que se trata de una figura poco definida.

Quienes han visto a ambos seres afirman que este tiene más aspecto de fantasma que la niña. ¿Será uno de los curas que se ocupó del culto en el lugar durante las cuatro décadas de existencia del poblado?

Allí murió gente, pero ninguna fue enterrada en el lugar. Lo hacían en el cementerio de San Juan Bautista de Chiclana. Era época de mortalidad infantil por distintas causas. Quizás con las herramientas apropiadas no sea muy complicado indagar en esa niña y poder ponerle nombre; al igual que en ese ser que viste sotana y sandalias.

Estando el poblado en ruinas lo he visitado en numerosas ocasiones. Algunas veces solo, otras en compañía de Ángel Rivero de Sevilla, otras de Fernando García y Marcos Benítez. Hemos investigado un poco y realizado alguna que otra psicofonia sin resultado alguno.

Algunas personas mayores hablan de un monstruo que localizan en los alrededores del islote y el castillo y deja huellas en la playa.  Mi padre contaba algo al respecto allá por la década de los 70, sin concretar lugar exacto o características de ese fenómeno.

Indagando en la historia hay muy pocos datos sobre esta criatura que nadie se atreve a describir con detalles ni a dibujar sus huellas.

Cuentan que la historia la conocen por boca de sus padres o familiares, al igual que yo, e incluso hay alguno que otro historiador que han realizado algún que otro comentario alguna vez. Personalmente entiendo que es algo a tener en cuenta, aunque puede que entre más de lleno en el terreno de las leyendas urbanas.

Estas tres historias, junto con algunas otras de la localidad de Chiclana, las tengo siempre en mi mente y cada vez que me acuerdo intento buscar algún dato nuevo.

Cuando llegue el buen tiempo todo será cuestión de volver al lugar y hacer alguna que otra gestión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
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