OBSERVACIONES SOBRE EL “MONSTRUO DE MONTAUK”-
-OBSERVACIONES SOBRE EL “MONSTRUO DE MONTAUK”-
Walter Cantero
 
Debido a la gran repercusión mediática del caso resulta sencillo encontrar en la red las hipótesis y conclusiones científicas que arrojan luz sobre esta ‘criatura’. En mi opinión estoy de acuerdo con ellas.
La criatura recibió la denominación de “Montauk Monster” por parte del criptozoólogo estadounidense Loren Coleman. El doctor en paleontología Darren Naish, experto en tafonomía, estudió las fotografías y concluyó que se trataba del cadaver de un mapache que el mar había arrojado a la costa (http://scienceblogs.com/tetrapodzoology/2008/08/the_montauk_monster.php). La misma hipótesis fue previamente defendida por Loren Coleman en su blog.
El aspecto de la criatura se debe al proceso de descomposición y a la acción del agua que habría retirado el pelaje del animal y parte de la carne del mismo.
La ausencia de pelaje se debería a la acción del agua y el roce contra el fondo del mar. El cuerpo hinchado se debería al proceso de descomposición y acumulación de gases en el interior del cadaver del animal.
Si bién las fotografías no aportan una escala directa, el tamaño de la “criatura” puede extrapolarse observando el tamaño de las moscas que aparecen posadas sobre el cadaver del animal. El tamaño se correspondería aproximadamente con el de un mapache muerto y no con el de un animal de tamaño superior.
El aspecto grotesco del cadaver se debe a la descomposición parcial del mismo. Las zonas blandas se descomponen más rapido y esto se observa en la cabeza del “Monstruo de Montauk”. El morro del animal ha desaparecido por completo junto con parte del tejido que cubre el craneo facial, el maxilar superior y la mandibula.
Podemos continuar el análisis teniendo en cuenta que lo que realmente estamos observando en las fotofgrafías es la estructura ósea facial al descubierto. No el aspecto previo del animal a su muerte e inicio del proceso de descomposición del cadaver.
Los restos óseos y la dentición nos permiten alcanzar unas conlusiones y descartar ciertas hipótesis. Se trata del cadaver de un mamífero del orden de los carnívoros. Podemos observar la dentición característica de estos animales. Así, entre la dentición mandibular podemos destacar la presencia de grandes caninos puntiagudos y muy desarrollados. Además se observa a continuación de estos la presencia de 4 dientes postcaninos o premolares que incrementan su tamaño posteriormente y presentan una morfología puntiaguda con bordes cortantes.
Podemos descartar la hipótesis de la presencia de un pico córneo en el cadaver. Este efecto se debe a la ausencia de la dentición maxilar en los restos del cadaver. Si bién la dentición de la mandibula parece permanecer más o menos intacta, la dentición del maxilar superior parece haber desaparecido al completo. Por tanto, el efecto de la presencia de un pico se debe a la observación del hueso maxilar desprovisto de dientes.
Junto a la hipótesis del cadaver de mapache existe la posibilidad de que se tratase del cadaver de otro tipo de mamífero carnívoro en descomposición. La hipótesis del cadaver de un perro fue también defendida. Aun así, podríamos descartar esta hipótesis observando ciertas característcas del cadaver.
La forma del cráneo de la criatura difiere de la forma del cráneo de los perros y se ajusta claramente a la morfología presente en los mapaches. Al igual que los mapaches, la cabeza del “monstruo de Montauk” presenta una forma suavemente convexa. La región anterior de el cráneo de un perro se caracterizaría por presentar una región frontal abultada en la que se puede observar una patente frente pronunciada.

El último punto a resaltar en el cadaver de Montauk son sus extremidades. En concreto la región distal de las mismas, sus dedos. Los dedos del animal son delgados y alargados, y presentan uñas o garras pequeñas y cortas. Los mapaches, al igual que el cadaver de Montauk, se caracterizan por la ausencia de la membrana interdigital que une los dedos en la mayoría de los integrantes del orden de los carnívoros, incluyendo a los perros (Lotze, J.-H. & Anderson, S. 1979. Procyon lotor. Mammalian Species 119, 1-8.).
La conclusión final sería que el “monstruo de Montauk” es en realidad el cadaver de un mapache, Procyon lotor, en un estado de semidescomposición. No sólo los datos extraidos del análisis de las fotografías apuntan al mapache, además cabe resaltar que el Procyon lotor es un animal común en la región donde fue encontrado el “monstruo de Montauk”.

 
 
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