Casuistica de 1976
 

CASUISTICA OVNI AÑO 1976 EN ANDALUCIA


 

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Referencia 19760000 El Pedroso (Sevilla) fecha estimada.
 

OBSERVACION DE UN OBJETO LENTICULAR Y UN HUMANOIDE UNA NOCHE DE 1976 POR CUATRO AMIGOS CAZADORES EN EL PEDROSO (SEVILLA)


 

Cuatro amigos, (tres policías nacionales y un profesor de EGB), salieron para cazar una noche de 1976 en el municipio de la referida población. Cuando llegaban en el automóvil a sus cercanías, a unos cien metros, a la salida de una curva, divisaron un ser de aspecto humano, de unos dos metros de altura y suspendido a medio metro del suelo. Aminoraron la velocidad, observándolo a corta distancia.


 

Llevaba un traje blanco, brillante. No pudieron observar sus rasgos faciales. Le vieron un cinturón blanco en cuyo centro, en el lugar de la hebilla, lucía una luz rectangular.


 

A unos cien metros pararon el coche, introduciéndolo en un camino. No sabían qué hacer. En plenas deliberaciones vieron por el espejo retrovisor una luminosidad. Se trataba de un enorme objeto, posado en tierra, en forma de lenteja, que proyectaba una luz uniforme y opaca. Por unanimidad, llenos de miedo, decidieron continuar hacia el Pedroso, dando un rodeo hasta llegar a Sevilla y suspendiendo su proyectada cacería.


 

Investigador: M. Filpo.


 

Documentación disponible: encuesta realizada por el investigador y dibujo de la zona.


 

Comentarios: El investigador conoce la identidad de los testigos y puede perfectamente localizarlos.
 

Primero ven a la derecha de la carretera al supuesto ser de 2 metros de altura suspendido a unos 50 centímetros del suelo y después el objeto.
 

No entendemos como en noche cerrada y en una zona tan mal iluminada como en la que tiene lugar el incidente son capaces de dar tantos datos del humanoide. ¿Cómo fueron capaces de determinar que se encontrada a unos 100 metros de distancia y a 50 centímetros del suelo?
 

Estas son solo algunas de las preguntas que el caso nos plantea.
 

Referencia: 19760128 Benacazon (Sevilla).
 

PERSECUCION DE UN TESTIGO POR UN OBJETO EN BENACAZON (SEVILLA) SOBRE LAS 01,00 HORAS DEL DIA 28 DE ENERO DE 1976.
 

El 28 de enero de 1976, a la una de la madrugada, Miguel Fernández Carrasco, de profesión agricultor, de 24 años de edad, regresaba a su domicilio situado en Benacazón, en la provincia de Sevilla, después de haber estado con su novia.
 

Mientras caminaba por la carretera, pudo observar una luz brillante en el cielo, que desapareció a gran velocidad.
 

Instantes después, la citada luz apareció nuevamente, pero a una distancia más corta, repitiendo el sobrevuelo y alejándose a gran velocidad.
 

El testigo continuó su caminata, hasta que un cuarto de hora más tarde, y a una distancia de Benacazón de un kilómetro aproximadamente, observó una luz cegadora que descendió ante él.
 

Se trataba de un objeto que producía un fuerte sonido, semejante al de un tractor, que terminó posándose en el suelo, a unos cinco metros aproximadamente del testigo.
 

Cuando el objeto tomó tierra, el sonido cesó totalmente. La forma del objeto era de prisma cuadrangular, “como una cabina de teléfonos”, en palabras del propio testigo. Su tamaño sería aproximadamente de unos cuatro metros de altura por dos de anchura, presentando un color verde oscuro. Su parte superior poseía una especie de cúpula giratoria que despedía destellos rojos y blancos, mientras se iba desplazando cerca del borde superior del cuerpo del OVNI un par de apéndices en forma de aleta de unos cincuenta centímetros.
 

Se hallaba sobre el suelo de la carretera, sustentado por un trípode y mostraba una puerta de medio arco en su parte baja.
 

La puerta del aparato se abrió, girando sobre algún gozne, mientras una deslumbrante luminosidad surgía del interior del aparato, prolongándose una rampa hacia el suelo.
 

De la abertura surgieron dos seres de aspecto humano, de cerca de dos metros de altura. Iban vestidos con un atuendo ceñido de una sola pieza y de color oscuro pero brillante, “como unos trajes de hombre-rana”, Con un cinturón del que destacaba una hebilla ancha que despedía una luz intermitente en su centro.
 

El testigo no pudo verles la cara. Los seres pusieron pie en el suelo y hablaron entre sí en un idioma desconocido para él, que sólo comprende el español.
 

Los humanoides fueron vistos durante alrededor de medio minuto.
 

Miguel Fernández, presa del pánico, salió corriendo hacia Benacazón. Los seres se introdujeron ágilmente en el aparato y éste se elevó oblicuamente a gran velocidad, en medio de una humareda que parecía surgir de su parte inferior, sobrevolando al testigo a baja altura.
 

Ya sobre él, el objeto lanzó una especie de relámpago luminoso que el joven sintió como abrasador, perdiendo el conocimiento.
 

Cuando volvió en sí, había transcurrido algo más de una hora y se encontraba en la puerta de su casa, tiznado y sucio. Sus dos hermanos, que se hallaban durmiendo, se despertaron por el ruido que hizo, entrándolo en la casa. En pleno ataque de histeria repetía que cerraran la puerta pues la “estrella me va a coger”.
 

Llevaba la chaqueta manchada por su parte derecha de una grasa negruzca y espesa que también le había alcanzado los pantalones, la mejilla derecha y ambas palmas de las manos. Al parecer, tenía algo chamuscados los pelos del bigote y de la barba, (según otra versión también tenía quemada ligeramente la parte derecha de la cara y la mano derecha). Lo acostaron y esa mañana llamaron al médico, que le hizo trasladar al hospital. Allí no le apreciaron ninguna anormalidad física ni mental, salvo las manchas, ligeras quemaduras y una “gran excitación psicomotriz”. Fue dado de alta tres días después.
 

Un análisis preliminar de las manchas del pantalón del testigo dio como resultado que estaban constituidas por aceite mineral, grasa vegetal o animal y carbón. Al ser elementos que se hallaban en la zona que separa el lugar del suceso del domicilio del testigo, bien pudo mancharse éste fortuitamente en su probable deambular semiinconsciente antes de encontrar su casa.
 

Posteriores investigaciones de ufólogos, aclararon que no hubo tal avistamiento ni persecución de supuestos seres extraños, sino más bien un altercado con los hermanos de la novia de Miguel, por algún problema en su relación que no viene al caso, y que le dieron un escarmiento en forma de agresión física.
 

La historia se la inventó para ocultar las verdaderas causas de su maltrecho estado físico y su excitación mental.
 

Investigadores: distintos investigadores entre los que destaca José Manuel García Bautista.
 

Comentarios: Ángel Rodríguez Álvarez (GEIFO) hace constar en el catalogo UFOCAN que el testigo presentaba ligeras quemaduras y chamuscamiento, siendo internado posteriormente en un hospital.
 

En ese catalogo se muestra una fotografía del testigo que preferimos omitir por estar ante un montaje destinado a ocultar problemas personales.
 

Referencia: 19760215 Olivares (Sevilla).
 

OBSERVACION DE UNA LUZ EN LA CARRETERA EL 15 DE FEBRERO DE 1976 EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE OLIVARES (SEVILLA).


 

Olivares (Sevilla). Torre Mocha. Francisco Calero Gelo, albañil, 27 años e Ignacio Pérez Carmona, albañil, 26 años, viajaban en moto en dirección a Gerena y a un kilómetro de la torre árabe observaron una luz rara en el lado derecho de la carretera.


 

Siguieron con precaución y a unos cien metros vieron un objeto con forma de cigarro puro, de unos 30 metros, con unas veinte ventanitas que despedían fulgores rojizos. No apreciaron ruidos. Dieron la vuelta y notaron que por el espejo retrovisor algo les seguía. Francisco decidió volver la cabeza y vio una potente luz blanca. La persecución se prolongó durante unos cinco kilómetros. Al llegar a un surtidor situado a la entrada de Olivares presentaron fuerte nerviosismo que, posteriormente, corroboró el empleado. La zona es rica en restos arqueológicos.



 

Investigador: J. Mateos.
 

Documentación disponible: catalogo FILPO y UFOCAN.
 

Comentarios: caso actualmente en estudio.
 

Referencia: 19761119 espacio aéreo de Málaga y otras localidades.
 

OBSERVACION DE UN DISCO LUMINOSO POR LA TRIPULACION DE DISTINTOS AVIONES Y EL BUQUE ESCUELA JUAN SEBASTIAN ELCANO A PARTIR DE LAS 19,15 HORAS APROXIMADAMENTE DEL DIA 19 DE NOVIEMBRE DE 1976 EN EL ESPACIO AEREO DE MALAGA Y OTRAS LOCALIDADES.
 

Sobre las 19,15 horas del 19 de noviembre de 1976 la tripulación del vuelo OM 300 de Monarca Airlines (Reino Unido) mientras se encontraba sobre el espacio aéreo de Málaga observa un disco luminoso que surgió del horizonte, realizó giros en espiral y formó una semiesfera blanca brillante en expansión que ocupó la mitad del horizonte hasta difuminarse.
 

El buque escuela español Juan Sebastián Elcano estaba realizando uno de sus viajes de instrucción desde Cádiz hasta Las Palmas el 19 de noviembre de 1976 cuando sobre las 19:15 horas observaron un punto luminoso algo menos que la luna llena. El comandante y la tripulación del barco miraban curiosos la escena cuando aquella luz blanca comienza a moverse en espiral y al completar el cuarto giro se agranda hasta medir como dos o tres veces el disco lunar. A su vez un semicírculo perfecto de color amarillento y transparente parece quedar apoyado en tierra rodeando a aquella luz. Ésta fue debilitando su intensidad conforme agrandaba hasta desaparecer finalmente después de transcurridas dos horas.
 

Un avión militar que volaba desde Lanzarote a Gando contemplaba el mismo fenómeno pero justo en el momento en que la esfera luminosa se estaba agrandando. A diferencia de las manifestaciones de los testigos del Juan Sebastián Elcano el piloto del T-12 del 461 escuadrón matiza que dentro de la circunferencia luminosa unos recuadros de color verde botella ocupaban su centro geométrico. Pudo ver aquel efecto luminoso por espacio de 12 minutos. El piloto militar no sería el único testigo aéreo del fenómeno pues desde un Spantax BX-322 se pondrían en contacto con él para confirmar la visión. Desde tierra numerosos testigos habitantes de la localidad de Guía ven un gran disco brillante agrandándose y diluyéndose con posterioridad, localizándose a la izquierda del Teide. En este día no sería el único incidente aéreo de carácter de carácter desconocido pues la torre de control del aeropuerto de Málaga recibe tres notificaciones de otros tantos vuelos que informan que a unos 30.000 pies, hacia el este del aeropuerto, se observa una cúpula brillante que no era detectada en el radar. De la misma manera, hasta seis aviones, cuatro de ellos volando por las cercanías de Madrid, presenciaron un gran objeto de tamaño de hasta ocho veces la luna. La importancia del caso recién relatado es que el expediente militar nº 761119 recogía catorce testimonios, seis de ellos de primera categoría (pilotos).
 

A las 21:00 horas de la noche del 19 de noviembre de 1976 el copiloto del vuelo de Iberia, Martín Echevarría Álvarez, que hacía la ruta Santiago de Compostela-Madrid, llamó la atención de su comandante, Ángel Parreño Antón, y del ingeniero de vuelo, José Miguel Rubio García, ante la presencia de algo parecido a una media luna de color blanco extraño que parecía estar formada por pequeños paneles. En posteriores entrevistas el copiloto llegaría a afirmar que su forma sería “como si cortasen la parte superior de una seta por la mitad”. Presentaba un tamaño como de ocho veces la luna llena y volaba a la misma altura (7000 metros) que el Boeing 727 de Iberia. Pensando que pudiera tratarse de un reflejo salieron a la parte trasera de la cabina y apagaron las luces. Al ver que todo seguía igual se pusieron en contacto con el control de Madrid pidiendo información sobre algún otro vuelo que pidiese estar ocasionando aquel efecto pero Madrid carecía de cualquier dato. La proximidad a una ruta aérea contribuyó a que otro avión de Iberia que volaba en dirección contraria se pusiera en contacto con ellos para confirmar que también estaba viendo esa luz en forma de seta. A este segundo avión se le uniría un tercero, otro Boeing de las mismas características del primero, que también lo veían por su derecha. Un Caravelle de AVIACO camino de Somosierra confirmaría el avistamiento y otros dos vuelos más que volaban hacia Canarias. Estos dos últimos serían un avión de Air France y otro de Iberia, este último sobrevolando Casablanca en esos momentos, a más de 1000 kilómetros de donde estaba el avión perseguido. Por espacio de 17 minutos aquel inmenso aparato que parecía acercase y alejarse al cambiar la intensidad de su brillo, acompañó al vuelo manteniéndose siempre a su derecha y un poco más atrás, perdiéndolo de vista cuando al llegar a Navas iniciaron un descenso por la proximidad de su destino. Un avistamiento, en resumen, realizado por seis pilotos y, al menos, las 80 personas del pasaje del vuelo de Iberia, entre los que estaban el ex ministro Vicente Mortes Alfonso.
 

Investigador: Joan Plana Criville.
 

Documentación disponible: expediente número 761119 desclasificado por el Ejercito del Aire Español entre otros documentos.
 

Comentarios: Joan Plana Criville en un extenso trabajo concluye que lo aquí descrito fue producido por el lanzamiento de un misil de fabricación francesa. Necesitaríamos mucho espacio para exponer las conclusiones de Plana.
 

Existen investigadores, entre los que se encuentran Rodríguez Álvarez (GEIFO), que no comparten las conclusiones de Plana Criville. Rodríguez argumenta sus objeciones afirmando que los avistamientos se producen desde puntos muy lejanos, para poder considerar la posibilidad de un misil (Málaga, Madrid, Canarias, transito entre Santiago de Compostela y Madrid, etc.). Añadiendo seguidamente que es prudente tener presente esa posibilidad. Continúa llamando la atención sobre la duración de los avistamientos, que la establece en más de dos horas. Y por ultimo opina que no puede ser un único objeto.
 

 
 
 
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