ASALTO VIL ANGLO-HOLANDES A CADIZ EN 
1596 
 
 
MARGARITA RAMIREZ GARCIA 
 
  
.  
 
En la Guerra Anglo-Española (1585-1604) tuvieron lugar 
distintos ataques a esta ciudad, como el del pirata ingles Drake en 1587 en el 
cual destruyó toda la flota española. Dentro de esta contienda la Armada Invencible 
es derrotada frente a las costa inglesas, de nuevo Felipe II envía una nueva 
gran armada hacia ese país destruida por la climatología y en 1597 de nuevo los 
elementos impiden el éxito de la invasión naval de una nueva flota española que 
logra entrar en Londres.  
 
 
  
Dos de los corsarios más importantes al servicio de la Reina 
Isabel I de Inglaterra mueren, uno de ellos John Hawkins (1595) y Francis Drake 
en 1596; los cuales, navegaban bajo bandera inglesa que arriaban e izando la 
pirata para atacar a todos los navíos. Siendo los españoles los más abordados 
por las riquezas traídas de ultramar. Así se financiaban las arcas de dicho 
estado, siendo su reina la gestora de la economía  inglesa. 
 
  
Los tercios españoles someten a los Hugonotes franceses de la 
ciudad de Calais, desde donde se podía acometer una nueva invasión a 
Inglaterra. Por lo cual, ante esta amenaza inminente la Reina Isabel I ordena 
atacar la flota española fondeada en Cádiz. 
 
  
Para ello escoge al Almirante Lord Effingham para el mando de 
la flota. A bordo de los navíos iban pero sin mando Cristóbal y Manuel de 
Portugal (hijos del Prior de Crato) y quizás Antonio Pérez. Siendo Robert 
Deverau, segundo Conde de Essex, el jefe de las fuerzas terrestres. 
 
  
A esta flota se le une la de las Provincias Unidas con 20 
naves y 2.000 hombres al mando del Almirante Señor de Warmond, bajo las órdenes 
inglesas. 
 
  
La Armada inglesa zarpa del puerto de Plymouth el 13 de junio 
de 1596, formada por 150 naves de las cuales 17 eran de la Royal Navy, 
divididas en cuatro escuadras. Un total de 6.360 soldados de paga, más 1.000 
voluntarios ingleses y 6.772 marineros. 16.132 hombres de la coalición para 
luchar con una población de 6.000 gaditanos; dado que Cádiz era el principal 
puerto español de partida hacia Nueva España. En él había 40 naves de guerra, 
entre galeras y galeones, y 16 naos de la Flota de Indias sin armamento. 
 
  
Se avista a la flota invasora el sábado 29 de junio de 1596 
desde Lagos (Algarve portugués) y salen a su encuentro Juan Portocarrero y el 
Marqués de Santa Cruz (Álvaro de Bazán) con las galeras para impedirles el paso 
al interior de la bahía gaditana. 
 
  
El domingo 30 de junio se avista la flota desde Cádiz, que no 
entra en la bahía a causa del mal tiempo, comenzando el fuego de artillería a 
las 5 de la madrugada y dos horas después se retira la flota española al 
interior de la misma. El buque San Andrés y San Mateo son capturados, el San 
Felipe y Santo Tomas encallados e incendiados por sus capitanes para que no 
sean capturados. Desgraciadamente entran en la bahía a las 8 de la mañana. 
 
  
Al medio día llegan los refuerzos enviados por Alonso  Pérez de Guzmán (no confundir a este duque con 
el primer Señor de Sanlucar de Barrameda), Duque de Medina Sidonia, desde 
Veger, Jerez, Arcos, Medina Sidonia, Puerto Real y Chiclana. Eran unos 5.000 
hombres, soldados mal armados y comandados, desplegándose estos desde Santa 
Catalina a San Felipe. 
 
  
A las 2 de la tarde no más de 2.000 ingleses desembarcan en 
El Puntal y las valientes fuerzas españolas salen a combatirlos sin mando y se 
retiran- A las 5 toman la ciudad sin resistencia alguna. Mientras otra parte de 
ellos avanzan hacia el Puente Suazo (actual San Fernando, Cádiz) defendido por 
insignes fuerzas españolas y no llegan a cruzarlo. Se contabilizan 25 bajas por 
cada bando y el Fuerte de San Felipe cae al día siguiente. 
 
  
La causa de tan nefasto asalto es la mala organización de las 
Autoridades Españolas, la mala preparación de las tropas y los mandos al frente 
de ellas; entre ellos el mismísimo Duque de Medina Sidonia que se encontraba 
dando órdenes desde Jerez.  
 
  
En el saqueo por parte de ingleses y holandeses no se tiene 
compasión de la población que es casi aniquilada, las mujeres violadas 
incluyendo las monjas, niñas, jóvenes, mayores, etc. Les daba igual, solo les 
importaban arrasar pues peleaban con mucha cantidad de vino de Jerez en el 
cuerpo.  
 
  
Hubo tan solo un estandarte que no pudieron fusilar. El 
situado encima del Arco del Populo, la antigua puerta de mar de Cádiz. Era un 
maravilloso estandarte de la Virgen con su Hijo en brazos traído desde Italia a 
instancias del Alcalde de Cádiz, que un regimiento apuntó con sus armas, no 
alcanzando sus muchas balas a ninguno de ellos. En cada punto de este tapiz 
donde hicieron blanco se colocó una estrella de plata. Hasta hace poco se podía 
contemplar en el Museo Catedralicio. ¿Milagro?, ¿o es que no sabían apuntar 
bien?... 
 
  
¿Qué eran soldados o vándalos? Los vándalos tenían su forma 
de luchar y así se les esperaba ante un ataque pero del prestigioso, refinado e 
instruido ejercito ingles ¿era normal su forma de luchar? O se comportaron como 
locos, crueles y ladrones invasores. Siendo la ciudad quemada y arrasada. Se 
puede decir que el robo a las arcas españolas del asedio de Cádiz asciende 
junto con la flota amarada en puerto a más de 5.000.000 de ducados; que 
contribuyó a la quiebra de la Hacienda Española ese mismo año. La ciudad de 
Cádiz no cuenta con archivos anteriores a esta fecha, pues fueron quemados o 
llevados a Inglaterra, así como todos los objetos de valor que pudieron cargar 
en sus navíos. 
 
  
De la ciudad solo quedó en pie el dintel de la puerta de 
entrada de la Catedral y parte de la Capilla Bautismal. 
 
  
El Duque de Medina Sidonia ordena la quema de toda la flota 
para no ser capturada por los anglo-holandeses. 
 
  
El 3 de Julio las autoridades civiles y eclesiásticas 
pactaron la salida de los habitantes de Cádiz a cambio de un rescate de 120.000 
ducados y la liberación de prisioneros ingleses de antiguas campañas. Los pocos 
gaditanos que quedaban salen hacia el Puente Suazo llevando solo lo puesto. Son 
40 rehenes los que se llevan en garantía del pago, todos ellos ciudadanos 
principales, Presidente de la Casa de Contratación, el Corregidor, los 
regidores y religiosos.  
 
  
El Conde de Essex y los holandeses eran partidarios de dejar 
a Cádiz como base de operaciones, al contrario que Howard y el resto de 
oficiales ingleses que consideraban esto contrario a las órdenes de la Reina 
Isabel I, ganando esta última opción  
 
  
El 14 de julio incendian la ciudad y al día siguiente salen 
de la bahía con los rehenes al no haberse efectuado el pago; siendo liberados a 
la muerte de la Reina en julio de 1603; acordando su sucesor Jacobo I con 
España el final de la guerra con el Tratado de Londres. 
 
  
Al día siguiente se cogieron dos maderos quemados de dicha Seo 
y se hizo una misa en acción de gracias por la marcha de tan indignos 
saqueadores. 
 
  
Al regresar esta armada a su puerto de origen incendian Faro 
(Portugal) y a la altura de Lisboa tienen noticias de que llega la Flota de 
Indicas, Essex quiere capturarla pero Howard se opone obedeciendo de nuevo las 
ordenes de la Reina. 
 
  
Tras este desastre Felipe II opta por dos opciones: 
desmantelar la ciudad y trasladarla al Puerto de Santa María o fortificarla. Es 
obvio que por la situación estratégica y geográfica opta por la segunda, siendo 
Cristóbal de Rojas el ingeniero militar que proyecta e inicia en el año 1598 la 
fortificación; muriendo ese mismo año y continuándose su obra a rajatabla. 
 
  
Se le concede a Cádiz la exención de impuestos durante 10 
años, ¿muchos o pocos?... 
 
  
Ese mismo año Pedro de Abreu en su obra “Historia del Saqueo 
de Cádiz por los Ingleses” trata de 
publicarla siendo vetada por las críticas contra la defensa española. Se 
publica por primera vez en 1866. 
 
  
Como reseña os puedo decir que Miguel de Cervantes dedica un 
soneto satírico al Duque de Medina Sidonia y al Capitán Becerra. 
 
  
Siendo gaditana, y teniendo que haber explicado el cuadro que 
veis al principio, siempre me causa gran dolor y amargura al recordar que tan 
solamente 6.000 de mis conciudadanos tuvieron que pasar un verdadero calvario a 
manos de tan, no sé qué calificativo ponerles, si tropas de un país, piratas o 
corsarios fueron los que llegaron matando, robando, violando, masacrando e 
incendiando. 
 
  
¿Por qué las personas pueden llegar a convertirse en animales 
con mis respeto hacia ellos? Jamás lo podré comprender… 
 
  
¿Fue esta guerra una venganza entre dos soberanos por no 
haberse cumplido un matrimonio pactado o por ver quién de los dos por separados 
podían destruirse el uno al otro? Tan solo podemos recordar de cómo fueron sus 
muertes angustiadas y llenas de remordimientos, que nadie podía aliviar; ni si 
quiera la religión a la que cada uno de ellos pertenecían… 
 
  
  
 
  
  
 
  
  
 
 
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