El efecto eco o llamada: el Caso Conil

El 21 de agosto del 2011 en el suplemento “Vivir verano” de Diario de Cádiz se publica a toda pagina un trabajo titulado “El Caso Conil: detracción en estado puro”; y, al día siguiente –dentro de mi línea habitual- efectué una entrada en mi blog personal que denominé “serpiente de verano”. Algo más de un año después, en el número 136 de la Revista Misterios, vuelve a ver la luz ese trabajo; pretendiéndose con ello mantener en el candelero la transformación de una supuesta pareja de humanoides en humanos ocurrida en La Playa de Los Bateles.

Todo se dijo en su día, tanto a favor como en contra; no existiendo elementos nuevos que hagan suponer que quienes manifestamos que nada ocurrió estemos equivocados.

En varias ocasiones nos han preguntado por los buzos; siendo siempre nuestra respuesta que todo era organizar una entrevista con ellos a comodidad de todos.

A pesar de existir en el libro publicado sobre el incidente amplias referencias, transcribiéndose párrafos completos, lo menos conocido de esta historia son los comentarios efectuados en noviembre de 1989 por José Ruesga Montiel y el informe redactado por el psicólogo clínico Doctor José Fernando Calvo Mauri. Ambos documentos se complementan.

A muestra llegada a la zona por primera vez, la opinión general era que los testigos y los medios de comunicación decían la verdad, “su verdad”, como ha quedado de manifiesto numerosas veces. Opinión que ha variado a lo largo de los años, incluso negando los interesados su intervención en el suceso. Cosa que ocurrió en el año 2000, cuando fueron localizados por una cadena de televisión al objeto de realizar un reportaje; teniendo la productora que recurrir a contratar personal para reconstruir los hechos. Si hemos sido testigos de un acontecimiento, y estamos seguros de ello, mantendremos nuestras afirmaciones a pesar de la opinión de otros. Es lo que dicta la lógica y no lo ocurrido aquí.


La repetición del suceso quince días después era la coartada que necesitaban. Ocurre la transformación de nuevo, con la presencia de un investigador muy conocido en la zona, el cual se encargaría de darle la debida publicidad. Obligándonos a tener que volver sobre los testigos para efectuar la debida investigación, obstaculizada nuestra vuelta por su negativa a atendernos. Negativa que incluso ha podido ser pactada en ese momento.

Los antecedentes de Pedro González, principal protagonista, le convierte en un testigo poco fiable, inestable y predispuesto a ver lo que no existe. Recordemos que unos meses antes proyectó la construcción de una cámara tridimensional para gravar esas luces que decía ver.

El primer efecto a descartar en una tanda de avistamientos es el efecto “eco” o “llamada”, en el que, resumiendo, la propagación de una noticia impactante favorece la fabulación.

El término fabulación, en sentido técnico de la gnoseología psicopatológica de la memoria, no tiene ningún sentido peyorativo como a nivel vulgar sino que hace referencia a la tendencia a llenar lagunas de la situación a recordar, con total sensación de sinceridad por parte del informante.

Aunque las referencias de prensa recogidas en el documento origen de este informe no avalan, en principio un efecto de eco (referencia al avistamiento de Conil a 05/10/89 y al de Voronezh a 10/10/89) no puede descartarse directamente, en primer lugar por la difusión por otros medios (TV o radio) anteriormente a la fecha del suceso de Conil.

En segundo lugar porque sí es posible –y probable- la contaminación y efecto eco en la tendencia de noticias de los investigadores periodísticos posteriores (referencia del DIARIO DE CADIZ del 16/10/89 y revistas posteriores).

En resumen, sobre el efecto eco se puede afirmar que los investigadores periodísticos SI estaban incluidos en tal, aunque no se pueda afirmar sobre los informadores originales

Consideraciones sobre el suceso:

Centrándonos en el suceso referido, es necesario realizar un análisis pormenorizado, ya que se compone de dos fases diferenciadas.

En principio los informantes llevaban un mes realizando observaciones nocturnas a un fenómeno inexplicable y maravilloso para ellos (la investigación de GEIFO concluye sobradamente que se trataba de las luces del buque inglés “C. S. Monarch” que operaba en la zona).

En este sentido hay que tener en cuenta algunos conceptos básicos en psicología de la percepción, realización de atribuciones y dinámica de grupos.

En primer lugar básicamente la percepción humana se nutre de ilusiones más que de realidades por su propia configuración fisiológica. El ejemplo más habitual es el de una pantalla de cine o TV, en la cual se “ven” objetos en movimiento aunque la realidad es una serie de imágenes (sean fotos o puntos) fijas. Estas ilusiones, además pueden responder a estados emocionales, de la calidad perceptiva real, etc.

Es importante señalar, de todas formas que aunque la ilusión (percepción errónea de un objeto o sus características) se aparta del concepto psicopatológico de alucinación (sensación de percepción sin objeto real percibido), por tanto podemos entender que la ilusión es un mecanismo “normal” de percepción –en todo caso artefactuada- mientras que cuando nos referimos a alucinaciones, estamos hablando de personas o personalidades “anormales” o en situación de “anormalidad” (efectos de drogas por ejemplo).

En tercer lugar debemos tener en cuenta que la información procede de un grupo de amigos, el hecho de crear un grupo en psicología se define como un conjunto de tres o más personas, contextualizados en el tiempo y con un fin explícito común. Esto centra la acción en un fin concreto y lo separa de las características de un avistamiento masivo, ya que se producen cauces de información intra grupales de retroalimentación (positiva y negativa) sobre el fin explícito común, asimismo la estructuración de cualquier grupo gravita en función del líder grupal (no necesariamente la misma persona a lo largo de todo el tiempo, sino que puede cambiar en función de las necesidades puntuales).

En resumen sobre esta primera fase obtenemos, un grupo de personas, retroalimentándose positivamente en su creencia de que lo que están observando es de origen extraordinario, reforzando también su creencia de que son objeto de un avistamiento extraterrestre. El resultado es perfectamente compatible con un clima emocional de excitación en ascenso que produce el aumento de probabilidad de ilusiones.

El hecho de que otras fuentes de investigación den por irrelevante esta fase previa al avistamiento, al margen de cualquier intención de baja ética, descontextualiza –y suprime- la calidad real de las informaciones. Salvando las distancias es casi equiparable a concluir la existencia de los reyes magos y su visita el 6 de enero del año en curso sólo en base al informe de un crío de cinco años

Situación durante el avistamiento:

Los informantes se reúnen el 29 de Septiembre a las 21.00 horas para seguir con sus observaciones.

La noche es sin luna, oscura y con viento de levante y en bajamar. Señalar, que lo habitual en la zona es que el viento de levante suele ir acompañado de nubes altas y aumento de la humedad. El hecho de que se produzca durante bajamar trastoca los puntos de referencia habituales para el cálculo de distancias.

Cronología del avistamiento:

A).- 21.30.. Uno de los chicos detecto sobre el mar una luz blanquecina con cuatro focos a su alrededor, que se parecía mucho a las luces que venían viendo días atrás y a unos siete metros de altura. Miran mejor y: distinguieron en su interior tres luces rojas formando un triángulo. La luz cruzo el cielo en dirección a Conil, pasando por encima de sus cabezas.

B).- Hora desconocida pero antes de las 22.00 Mientras comentaban entre ellos lo ocurrido, una segunda luz hizo aparición.

C).- 22.00 horas Ven a dos seres que se encuentran sobre el mar. Estaban a unos trescientos metros, eran muy altos, casi de dos metros, y vestían una túnica blanca que les ocultaba las manos, Se encontraban flotando sobre el mar. Carecían de pelo, el color de su cabeza era un poco más claro que el resto del cuerpo. Los seres se desplazaban en dirección al pueblo y parecía que andaban por encima del agua. Les costaba avanzar.

D).- Cuando se encontraban estos seres en la arena, cambiaron de dirección, se dirigían a donde se encontraban los testigos. Los jóvenes son presas del pánico, lo que les hace salir corriendo. Pedro González tira los prismáticos. Al poco tiempo giran para ver si les seguían. Como no los ven, se esconden de nuevo para seguir observando. A unos cinco o seis metros de los seres, ven una luz blanco-azulada, del tamaño de una pelota de tenis, que se sitúa a menos de un metro sobre las cabezas de los humanoides. Se apaga la luz y los testigos vieron como los seres se sentaban en la arena, muy rígidos, y empezaban a cavar a su alrededor. Se esconden bajo los montones de arena que habían hecho momentos antes, para volver a ser vistos. La luz azulada se movía de uno a otro como si jugaran con ella. El intercambio duro un minuto. De repente detectan a un nuevo ser a los pie del montículo, de unos tres metros de altura, vestía un traje negro y tenia una cabeza monstruosa en forma de pera invertida. Lo ven durante pocos instantes.

E).- Cinco o seis minutos después, los seres se habían transformados y aparecían como una pareja normal. Ël, alto, rubio y con pelo largo, vestía una camisa y pantalón, ella tenia el pelo oscuro y era muy guapa, llevaba camisa y falda negras.
 

F).- La pareja comenzó a andar por la playa descalzos, en dirección al paseo marítimo. Cuando estaban entrando en el paseo, ven sobre el mar una especie de nube, que a gran velocidad se acerco hasta la orilla. Una vez en la orilla, Pedro González con la ayuda de los prismáticos ve al ser vestido de negro. Se desplaza de pie por encima de la arena, a unos veinte centímetros de altura. Los jóvenes no pueden apreciar rasgos de este ser, pero pueden ver los brazos y piernas. Los chicos acuerdan acercarse para velo mejor, siendo cuando el supuesto humanoide se detiene y mira fijamente a los testigos. El ser se pierde en la oscuridad.

G).- Una vez finalizado el suceso, los chicos continúan en la playa. Esperan la llegada de un conocido, Juan Bermúdez. Pero antes de su llegada, sobre las 22.00 horas, observan sobre el mar una misteriosa luz. Era como una pelota que saltaba en zigzag, en silencio y que desapareció.

H).- Los jóvenes acuerdan guardar silencio y cuando llega sobre las 22.30 horas Juan Bermúdez -que es dibujante y pintor- le cuentan lo sucedido, recomendándole este que se internen en la playa al objeto de buscar pruebas de su observación. Lo hacen, y localizan una huella en la arena, era de 45 centímetros de longitud por 15 de ancho y, había a su alrededor otras. Eran todas de las mismas características: todas de cuatro dedos, se dirigían al pueblo en línea recta y partían del supuesto montículo efectuado por los humanoides.

I).-Quince días después, mientras se encontraban en compañía del investigador ufológico Jesús Borrego, localizan en los alrededores del paseo marítimo a la misma pareja que salía de la playa una vez transformada. En esta ocasión entrando en la playa en dirección al mar, se transforman de humanos en humanoides y se pierden de vista introduciéndose en el mar. Este nuevo suceso fue utilizado como coartada para la explicación del caso anterior.

J).- A pesar de haber acordado guardar silencio sobre lo ocurrido, la noticia era conocida en la localidad al día siguiente (sábado) y los cinco jóvenes continuaron acudiendo -a la caída de la tarde- a la misma playa para seguir observando luces que solo ellos veían.

El relato recogido presenta contradicciones importantes en los detalles referidos a pesar de la “cantidad” de detalles objetivos:

1.- Es difícil, si no hay puntos de referencia claros a la luz del día establecer que las luces observadas a las 21.30 se encontraran a unos siete metros de altura, de hecho esa altura a una distancia indeterminada y de noche podría resultar cualquiera otra. Este aspecto nos orienta claramente a que la estimación se realizó por consenso posterior de los informantes y puede perfectamente establecerse que las luces, composición y movimientos lo fueron igualmente.

2.- Curiosamente se establece – a 300 metros y sin luz- que los personajes avistados carecen de pelo y llevan una vestidura que les oculta las manos, si tenemos en cuenta que una mano excepcionalmente grande (en fisiología humana) no puede exceder de 30 cms y una cabellera larga de 40 cms (cardada a lo “afro” –aunque lo habitual es que no exceda de 2 o 3 cms-). Esta apreciación adquiere las características de una fabulación ilusoria.

3.- Se establece y reconoce, una situación de pánico, totalmente comprensible en el contexto de verse “descubiertos” los informadores, sin embargo se produce una contradicción clara en el relato actual, Pedro González primero abandona sus prismáticos y sin dejar de huir, luego alejándose del primer lugar de observación. Señalemos además que corriendo en 5 o 6 minutos, perfectamente, con cualquier terreno dificultoso, los informadores podrían haberse alejado entre 200 y 300 metros del primer lugar, si se da por buena la primera estimación de una distancia de 300 metros se concluye que la segunda parte del avistamiento se produce a aproximadamente medio kilómetro (sin luna ni iluminación adicional), y según el relato fáctico tras que se extinga la segunda luz que estaba sobre los humanoides, difícilmente puede ser así, ya que entre la distancia y el periodo de acomodación visual a una situación de oscuridad es imposible que pudieran percibir detalle alguno, en particular si visten de oscuro. Aparecen los prismáticos y aún a pesar de la situación tan adversa converge el tercer humanoide. La única conclusión de nuevo es que nos encontramos ante una serie de recuerdos confabulados ilusorios.

Sobre las 22.30 aparece la figura de Juan Bermúdez, que se desprende se convierte en ese momento en líder del grupo, estableciendo:

  • Acriticidad sobre lo visto, en cuanto buscar pruebas y les sugiere volver a la búsqueda

 

  • Establece el marco y filtros interpretativos de lo sucedido.

 

  • Las huellas encontradas presentan las características, ya definidas de ilusión.

 

4.- El segundo avistamiento, acompañados de Jesús Borrego, tal y como está relatado carece de la mínima credibilidad.

5.- La reconstrucción realizada en Octubre por GEIFO muestra discordancias entre el contexto relatado por los informantes y el reproducible objetivamente.

6.- Los sucesos son explotados por revistas en pleno efecto eco de informaciones anteriores, esto conlleva a un enriquecimiento de las fabulaciones

En este informe, el Sr. Calvo Mauri viene a ratificar lo que hemos mantenido a lo largo de estos años, no dejando lugar a la duda, y dando la explicación científica –desde el punto de vista de la psicología- que faltaba al encuentro en la tercera fase que pretenden ha tenido lugar en una playa del litoral gaditano.

No obstante, en ese mismo mes, la revista MAR publicó un trabajo titulado Hacia el futuro de las comunicaciones, que contenían unas fotografías que nos permitimos difundir, y nos llaman poderosamente la atención. En una de ellas se ve un trabajador con un casco blanco, que no se pueden distinguir sus rasgos. Está tomada de día. De noche, muy bien pude pasar por uno de los seres que nos ocupa. Esta publicación se puede encontrar sin ningún tipo de dificulta en todo el litoral español, ¿conocían algunas de las personas implicadas el trabajo publicado en la publicación antes del incidente?

Llegados a este punto, y para finalizar, entendemos es hora de exponer nuestra hipótesis:

Comenzaremos indicando que es falso que esa noche no existiera gente en el paseo marítimo ni en la playa. Igualmente, ha quedado demostrada la presencia de vehículos aparcados en el lugar.

Los cinco adolescentes son testigos de una serie de sucesos que coinciden en el tiempo y mismo espacio geográfico, independientes entre si, que para un testigo no influenciado –o con esos antecedentes- pasarían como algo normal y sin la menor importancia.

El primer suceso es la presencia en la zona del buque cablero u oceanográfico “C. S. Monarch”, siendo sus luces el detonante de esta historia. A pesar de los intentos por parte de otros investigadores de situarlo a muchas millas de allí.

Recordemos que para las gentes del lugar era habitual ver en el horizonte en determinadas épocas del año luces. Luces que para ellos eran totalmente normales. Normalidad que nunca existió para los testigos.

Muy bien podemos calificar como “revolcón en la playa” al segundo suceso, una pareja que esta tranquilamente tendida en la arena y que es molestada o incordiada por los testigos. La lógica dicta que si ocurre esto, lo normal seria dejar el lugar y buscar otro más apropiado para la soledad y tranquilidad.

El humanoide que ven venir en dirección a la playa y flotando, es el tercer suceso. Muy bien puede ser, tal como hemos apuntado en el correspondiente capitulo del libro, una persona de pie sobre una embarcación, un pescador, buzo o paseante, etc. Aunque preferimos quedarnos con los dos buzos y los movimientos –totalmente normales- que efectuaron con motivo de dar por finalizada su jornada de trabajo.

La explicación a la supuesta bola de luz que ven suspendida sobre las cabezas de la supuesta pareja de humanoides, es una estrella fugaz. Ya hablaron sobre ello los propios testigos, que vieron algunas durante sus noches de observación y el día de su encuentro.

El otro foco procede de una linterna, tal como se ha indicado en numerosas ocasiones, que es utilizada para iluminarse a la orilla del mar. Aunque también existía luz en el interior de la caseta existente en el lugar, la cual fue totalmente desmontada en la mañana del día 2 de octubre de 1989.

El regreso al mar del supuesto ser de tres metros de altura es algo acordado por consenso y posterioridad por los adolescentes, y al informe psicológico referido aquí nos remitimos.

Igualmente, ha quedado demostrada la presencia en la playa esa noche de otras personas –humanas, para más señas- que no detectaron la presencia en el lugar del supuesto ser de negro que parecía flotar y tampoco a la pareja que se transforma.

Hay veces que la prensa y medios de comunicación no creen a quienes intentan dar una explicación razonada y razonable a una determinada noticia o circuntascia, como la que nos ocupa, dando crédito a quienes no lo tienen. Prefiriendo jugar un juego que puede llegar a ser perjudicial, incluso para los propios medios de comunicación, pero al final son los protagonistas quienes pierden su seriedad y credibilidad.

Durante unos días hemos pensado seriamente la posibilidad de efectuar una replica o no. Estimábamos era una perdida de tiempo; ya que no es de extrañar que dentro de poco vuelva de nuevo el caso a la palestra. No obstante, tal como prometíamos en la entrada del pasado día 4 del mes de noviembre aquí está nuestra respuesta…

 

 

 
 
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