Casuistica de 1947
CASUISTICA OVNI AÑO 1947 EN ANDALUCIA

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Referencia 19470700 Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla)

EXTRAÑO ZUMBIDO Y OBJETO DE FORMA ESFERICA UN DIA DEL MES DE JULIO DE 1947 SOBRE LAS 18,00 HORAS EN MONTEQUINTO, DOS HERMANAS (SEVILLA)

Hace aproximadamente unos treinta o treinta y cinco años, cuando estudiaba los primeros años de mi carrera. Tenía la costumbre de ir a estudiar a lo que actualmente se conoce como barriada de Montequinto, situada en la carretera Sevilla-Utrera. Aquello era un verdadero bosque de olivos, donde la tranquilidad era la tónica general. Aquel día –principio de verano- hacía un día espléndido, con un cielo totalmente despejado y una temperatura propia de las fechas veraniegas de aquí en Sevilla. Llevaba un buen rato estudiando cuando oí un zumbido que me hizo levantar la cabeza y vi, a unos trescientos metros de mí, un objeto de forma esférica rodeado de un anillo, el cual ascendía por encima de la copa de los olivos. Cuando lo hacía, mostraba un movimiento circular, en forma de sacacorchos, perdiéndose en breves segundos en dirección suroeste...
 
El testigo de este caso es un hombre de más de cincuenta años, de carácter afable, aunque algo serio, en una primera toma de contacto con los miembros de la Red Nacional de Corresponsales. De conversación fluida y con una visión bastante pausada, sin estridencias, de los hechos relatados de cuanto presenció hace más de treinta años. Es escueto en sus contestaciones y bastante detallista en cuanto a las circunstancias que le rodearon en los momentos de la observación. Vive actualmente en Sevilla, donde ejerce la medicina, especializado en anestesia, siendo, además, comandante del Ejército.
 
 La solvencia del testigo y la forma de relatar su vivencia hace que los miembros de la Red Nacional de Corresponsales –centro especializado en el estudio del fenómeno ovni- lo consideren fiable, pese al tiempo que lo separa de los hechos.
 
De por sí ya es difícil establecer la fecha concreta del suceso, pues el testigo no recuerda todos estos años, si fue hace treinta o treinta y cinco. Sin embargo, preguntado sobre este particular sí recuerda que por aquellas fechas hubo muchas referencias de ovnis en los medios de comunicación. Esto podría situar el hecho en los años cincuenta, aunque en la segunda mitad de los cuarenta también hubo bastantes noticias de prensa sobre objetos extraterrestres.
 
En las declaraciones, igualmente, no ofrece hora exacta del avistamiento, aunque todo parece indicar –al reconstruir sus detalles sobre el extraños suceso- que bien pudieran ser las seis de la tarde, mientras el sol se encontraba a la derecha del testigo, detalle que lo refuerza el que percibiera un brillo metálico en la parte central del objeto, pues el ángulo de incidencia de los rayos solares coinciden perfectamente con esta posición sol-objeto-testigo.
 
No se pudieron determinar en su momento la existencia de huellas, ya que el testigo confesó que, después de haber visto la ascensión del objeto, no mostró curiosidad por saber si existían después de la observación.
 
Después de mirarlo continué estudiando normalmente, pues me dije: “¡Otro platillo volante de los que habla la prensa!”.
 
Es significativo, al mismo tiempo, que el testigo no recuerde ningún olor especial. En cuanto a ruido, sí existió, por cuanto fue la causa de que prestara atención al hecho.
 
Tras muchas investigaciones de los miembros de la Red Nacional de Corresponsales, se llegan a conclusiones que, en cierta manera, delimitan el fenómeno. La zona de Montequinto siempre ha sido propensa a esta fenomenología y el caso cuestionado abunda en tales razones en función de su antigüedad. No es normal que después de más de treinta años aún un testigo conserve la impresión de algo extraño que observó cuando estudiaba en un olivar. No había entonces lo que algunos pudieran denominar psicosis de ovnis, ni nada por el estilo. La prensa no refería, salvo en casos aislados, los hechos que se producían, y el posterior boom de la ciencia-ficción queda distante. Sin embargo, un día de verano de hace treinta o treinta y cinco años, un estudiante de Medicina oyó un zumbido extraño en la zona de Montequinto. Todavía lo recuerda.
 
Investigadores: Red Nacional de Investigadores (RNC)

Fuente: Ángel Rivero (Lo Oculto)

Extraído del periódico ABC.

Comentarios: Es complicado, por no decir casi imposible, extraer conclusiones del relato de un testigo contado treinta y cinco años después del suceso. Se suelen omitir u olvidar detalles; más en este caso cuando el testigo después de la observación no le da importancia y continua estudiando.
Muchos investigadores afirman que uno de los mejores testigos para una observación de este tipo es el militar por las características de su profesión, opinión que en este caso no compartimos por haber transcurrido tanto tiempo cuando el testigo cuenta su encuentro.
 
Estimamos que este caso no se puede volver a investigar.





 
 
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